viernes, 12 de octubre de 2012

Con tanto héroe...

Su corazón en FA sostenido por alambres, su protector factor siete contra la hipocresía de esa gente sin alma que pierde la calma con la cocaína.

Y en la soledad de tenerte cerca o lejos que más da. Yo quise reír y sin querer me puse a llorar. Siempre creyó que un disco duro era un disco de Metallica. Que las varillas del paraguas eran mágicas y los gemidos de las putas de verdad. 
Dibujaba siempre su nombre en los cristales que daban al patio de luces de Nunca Jamás.


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