sábado, 26 de mayo de 2012

Está más que demostrado que nadie te puede querer como yo.

Te tiras noche y día planeando un futuro junto a él, en vez de vivirlo. Pierdes horas y horas intentando sacartelo de la cabeza, pero no lo consigues. Es tu adicción. Él es el único que puede hacerte sacar la mejor sonrisa que tu misma conoces de ti. Te pierdes en su mirada. Cada vez que lo ves te entra algo por el cuerpo, es algo que te paraliza y te deja sin respiración durante unos segundos, como un ataque al corazón. Es lo único en tu cabeza las veinticuatro horas del día, los trescientos sesenta y cinco días del año, etcétera. No quieres a otro, lo quieres a él. Cuando te enteras de que le ha pasado algo, parece como si te hubiera pasado a ti, solo que te duele algo más. Si le ves tontear, aunque sea una vez, con una chica, es como si te matasen por dentro. Te hartas de llorar por él todo el día. Pero está demostrado que nadie, nadie en este mundo lo puede querer más que tú, más que yo

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