Todos estamos un poco rotos por dentro, por un amor que no fue bien, por los besos que no dimos o por las palabras que no dijimos. No se trata de arrepentirse de nada, se trata de aprender. De aprender a desaprender. A dejar de tragarte las palabras que quieres decir. A dejar de preocuparte por lo que piensan. A vivir. A poner la música que tú quieras, no la que se supone que debes de oír. A ponerla jodidamente alta, hasta que bajen los vecinos. Y bailar, bailar hasta que sientes que te vas a morir. Salir a medianoche sin importar lo que pase mañana. Dale tu corazón, da igual si lo rompe, ya te ayudará otro a reconstruirlo. Deja de desear que llegue el viernes, vive el momento. Porque si no es ahora ... ¿cuándo?
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